Uno de los graves problemas de la modernidad occidental es que el capital es ascendido a una realidad natural y eterna, con ello se logra construir una subjetividad que asume que los efectos negativos de este modo productivo son inevitables, o bien que los problemas vienen de "fuera", consecuencia de los actos irracionales de la población.
Por ello, reanudar la historicidad es fundamental, es necesario recordar que el capitalismo es solo una fase de muchas, un modo productivo con particularidades que son irrepetibles por otros modos de ser de los procesos vitales de la raza humana. Dicho de otra manera, el proceso de acumulación capitalista produce una subjetividad que hace pasar el proceso de valorización del capital (pvk) por un proceso general de trabajo (pgt). Mientras el primero es el caso particular en el cual el objetivo es acumular riquezas ad infinitum, el segundo es la forma mediante la cual el género humano produce y reproduce su vida. El capital presenta, pues, el pvk como si fuera tan solo un pgt.
Afortunadamente, Marx deja suficientes elementos para que esta confusión no siga más, esta distinción nos lleva a recordar el principio dialéctico básico: todo proceso social tiene una particularidad y una universalidad contenida, el estudio de las leyes de desarrollo del capital sirven para distinguir entre pvk y pgt, pero esto no es suficiente. Tenemos que ir más allá.
Para abandonar la modernidad es necesario preguntarse por la universalidad contenida en pvk y las particularidades del pgt, los términos se invierten. ¿Por qué el capital - esta maquina de destrucción- aparece en el escenario humano? ¿qué de universal hay en el proceso de valorización? Por otro lado: ¿cómo logra el humano producir un despliegue explosivo de las fuerzas productivas?
El Sistema Natural Cósmico es una categoría que permite dar cabida a nuevas preguntas sobre el sentido del valor de uso y sobre la potencia creadora de los procesos sociales. Al final, lo que se hace mediante el pgt no es más que una actividad basada en el desarrollo natural, es decir, el trabajo creador de valor es una fuente natural de energía, y como tal este se encuentra sometido a las mismas leyes del universo que producen otros fenómenos materiales. La separación entre los humano y lo natural ha sido una forma de cosificar a la naturaleza y convertirla en activos de explotación. Su reunión son una forma de avanzar en el camino de la conciencia sobre el proceso vital que está por ponerse de pie en la historia. El capital no ha muerto, pero ha fecundado un nuevo sistema, y así como se presentan sus consecuencias nefastas, vendrán - con la misma fuerza y necedad- las consecuencias positivas o vitales, la generación de un nuevo modo productivo, uno con una conciencia profunda de su fundación natural cósmica. La modernidad se esfuma una vez que esto ocurre. Entonces nuestra reflexión regresará a un fundamento que las culturas ancestrales nunca han perdido de vista: la visión cósmica de unidad de lo humano como un acto de vida natural.